20/9/08

Cruzada Dimensional


Capitulo 1: Preludio - Parte 2

24 de Marzo del 2008 Facultad de medicina, es el inicio de semestre y todos los estudiantes sueñan con algún día curar a la gente.

Yo me encontraba sentado en un asiento cerca de las ventas mirando ese gran mar azul que llaman cielo. El salón aunque pequeño era confortable aparte sus paredes eran de un color blanco crema el cual me agrada mucho. Cuando ya era casi hora de empezar la clase una simpática joven hizo su aparición la cual me lleno de alegría y felicidad. Yo le dije que se sentara delante de mí que viniera pero ella solo me sonrío como si me conociera de toda la vida. Y como no me iba a conocer ella era una muy buena amiga de la infancia pasamos el jardín de niños, la primaria, la secundaria y el primer año de preparatoria juntos después de eso yo no supe nada de ella hasta ese momento en el que entro. Ella se sentó delante de mí y le dije que como había estado, que había hecho, si tenía correo electrónico, etc. Pero ella solo me contesto que estaba bien. Yo me sentí un poco confundido porque no hablaba con esa alegría que solíamos hablar. Decidí ya no molestar la, pensé que posiblemente no estaba de humor así que mejor puse atención a la clase.

Al acabar las clases me digne a preguntarle que había pasado, pero ella solo respondía que nada. Después de ver por donde le podía sacar información le pregunte que si vivía cerca o donde mismo porque ella en la preparatoria me había comentando que se iba a mudar a San Luis Potosí porque su abuela se encontraba muy grave y que nadie la podía atender nada mas que su madre. Ella me comenzó hablar. Ella dijo que vivía más o menos cerca y le pregunte si la podía acompañar. Ella me dijo que si mientras me sonreía entones pensé que lo que paso en la escuela no fue nada. Durante todo el camino solo veíamos el cielo. Yo hablaba pero nunca intercambiamos palabras. Observe que en su mano traía un guante aunque no comente sobre ello. Al llegar a su casa le dije que se cuidara pero antes de terminar de despedirme me pidió que si me podía quedar a tomar un café lo cual me alegro mucho. La casa era más o menos grande, cuando llegamos a su cocina me pidió que me pusiera cómodo y que me sentara mientras preparaba el café. Con el bote café en la mano comenzó a llorar. Yo me acerque a ella y tomándola de los hombros le pregunte tranquilamente: “¿Qué es lo que te preocupa?, ¿Qué es lo que te pasa?, tu sabes que somos buenos amigos puedes confiar en mí o acaso estas muy feliz de verme (mientras le sonreía).” Ella se reía un poco pero a pesar de eso seguía llorando cuando de pronto quito mis manos bruscamente y me grito con una gran desesperación: “No sé quién eres, no sé quién eres…solo sé que eres alguien importante pero no sé quién eres…así que por favor no me hables como si me conocieras desde siempre…porque solo sé que eres importante pero no sé porque,” ella se cayó al piso y comenzó a golpearlo con las dos manos. Me hinque y tomándola de nuevo de los hombros le dije tranquilamente: “No llores más, sino recuerdas no hay problema, a mí lo que me importa es que estés bien, sino me recuerdas te ayudare a recordar o sino comencemos desde cero pero no te quiero ver así. Primero dime que ha pasado para ver en que te puedo ayudar…” Ella me miro mientras me abrazaba desesperadamente.

El charco de sangre se vuelve un mar, mientras ella poco a poco va perdiendo el color y el calor. Él pide ayuda a Dios mientras una persona de negro se le acerca.

La persona de negro le dice: “El tratado de Versalles queda terminado…”

Ella noto que él ya no respiraba, que no se escuchaba ningún ruido, que su reloj ya no corría, que el tiempo se había detenido. Una mujer aparece desde la puerta de la cocina moviendo la mano con signo de negación. Ella le dice sin rodeos: “Samantha tu sabes muy bien que no debes de mostrar debilidad, tu muy bien sabes que no debes mostrar confusión, tu muy bien sabes que no puedes contar que haces y lo que eres…” Un hombre se posiciona detrás del muchacho y le dice a ella: “Acaso no te acuerdas del tratado de Versalles, tienes una misión, cúmplela…”

Yo me levante precipitadamente, me encontraba en mi cuarto. Veía unas cortinas azules que me traían una cierta melancolía. Me acuerdo que de niños Samantha y yo jugamos a las escondidas en la escuela y que nuestro lugar preferido para escondernos era unas cortinas azules en el salón. Me pare de la cama y me dirigí a las cortinas. Moví un poco las cortinas mientras contemplaba la hermosa luna azul y me repetía una y otra vez eso fue un sueño o fue real…

A la mañana siguiente me levante temprano como siempre. Eran como eso de las 5:00 AM. Me bañe, desayune, me lave los dientes y prepare mi mochila pero antes de irme encontré tirada una pulsera de color azul rey. Pareciera como que Samantha me dijera que fue real lo de ayer. Entre risas la recogí y recordé aquella vez que me la dio. Eso fue en la secundaria, ese día hacia un calor tremendo muy apenas si podíamos andar afuera cuando sentados en un árbol me tomo la mano y me dijo sonriente: “Espero que siempre seamos amigos.” Después que retiro su mano encontré una pulsera azul rey en mi mano y le pregunte qué era eso. Ella me dijo tranquilamente: “Esta es una pulsera de la amistad cuando estés en peligro te ayudara…” Me quede pensando un rato, puesto de pie dije hokus pocus extendiendo la mano. Repetí varias veces con diferentes palabras hasta que me pregunto ella qué que estaba haciendo y yo le respondí que activando la pulsera mágica. Tiempo después desperté porque ella se había enojado y me había dejado inconsciente con un gran golpe suyo. Mi cabeza estaba sobre sus rodillas mientras nos reíamos y el viento cálido jugaba con nosotros.

Después de eso me dirigí a la escuela listo para aprender y entusiasmado por comenzar un nuevo día. En el salón esperaba impacientemente su llegada. Entro al salón y nuevamente se sentó frente a mí, trate de saludarla pero ella no respondía. Agacho la cabeza y solo veía correr lágrimas en su banco. La clase continuo y las demás clases también. En la clase de salud pública ella se voltio hacia mí pero antes de comenzar a hablar se quedo petrificada. Rápidamente se levanto y de su mochila saco un bastón con un pañuelo azul rey en su punta. Ella giro el palo con una mano, lo detuvo precipitadamente y grito: “¡Fractura dimensional: estado cinco!,” el tiempo se detuvo y toda la gente desapareció. Al mismo tiempo mi pulsera brillo. En un abrir y cerrar de ojos me había transportado a un mundo donde el tiempo no existe y la gente desaparece. De la puerta salió un personaje de ropas moradas diciendo: “Al fin te encontré maldita acecina de sangre fría, mi querida guardiana de las dimensiones.” Yo solo me quede atónito ante lo que veía. Samantha y un extraño luchando con bastones en medio de un salón de clases. En eso el desapareció de enfrente de ella y reapareciendo detrás de ella. Él grito con gran alegría: “Muere bestia asesina.” Yo me avente hacia el hombre de morado evitando que la golpeara mientras ella se volteaba. El me grito maldito mientras evitaba que se acercara a ella. El sonrío y nos dijo: “¡Uy!, necesitas que tu novio te ayude, creo que necesitas una mejor motivación…” Ella me grito que no me metiera pero antes de hacer algo él con toda la fuerza que tenía me propino un golpe con el palo en las costillas derechas. Solo veía rojo mientras chocaba en el pisaron, una luz blanquecina… Ella grito mi nombre mientras le propinaba un golpe asesino al hombre de morado. El hombre apenas se levanto por el golpe pero le dijo que esto apenas comenzaba.

Continuara…

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